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WhatsApp y ansiedad: el arma de doble filo

En un mundo cada vez más frenético, hiperconectado e hiperestimulado, la ansiedad se ha convertido en la fiel compañera de muchas personas. La tecnología nos ha dado un acceso sin precedentes a la información y la comunicación, ¡pero también ha generado nuevos retos del punto de vista emocional! 

Hoy hablaremos de cómo el WhatsApp, aunque se haya convertido en una de las Apps esenciales para comunicarnos, también puede convertirse en una fuente de ansiedad.

La hiperconectividad: una espada de doble filo

WhatsApp, a diferencia de otras formas de comunicación más tradicionales, está siempre presente, «abierto» en nuestro móvil. Suele darnos la impresión de que debemos estar disponibles en cualquier momento para leer y responder mensajes. Esto contrasta con épocas pasadas, en las que la comunicación tenía límites más claros:

  • Las cartas llegaban a su tiempo y podíamos elegir cuándo leerlas y responderlas.
  • Las llamadas telefónicas requerían que estuviéramos cerca del teléfono fijo.
  • Los chats en línea eran intencionales, ya que accedíamos a ellos con la idea de interactuar en tiempo real.

En cambio, el WhatsApp está diseñado para alimentar la inmediatez: notificaciones constantes, el estado “en línea”, las confirmaciones de entrega y lectura, los stories… Estos elementos pueden generar una presión sutil pero constante para mantenernos disponibles.

Para algunas personas, estar así de conectadas no es un problema. Sin embargo, para otras, puede ser una fuente de ansiedad y culpa. Los mensajes acumulados, los tiempos de respuesta largos o el simple hecho de estar en línea y no responder pueden llevar a pensamientos como:

  • «¿Qué pensarán de mí si no contesto ahora?»
  • «No quiero que crean que los estoy ignorando.»
  • «Tengo demasiados mensajes y no sé por dónde empezar.»

Estas preocupaciones pueden crear un ciclo de ansiedad en el que las personas se sienten atrapadas entre la necesidad de desconectar y la presión de cumplir con las expectativas de los demás.

Cómo gestionar la ansiedad por WhatsApp

Es importante que reflexiones si tu forma de usar el WhatsApp está afectando tu salud mental y que tomes medidas para reducir su impacto negativo.

Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte:

  1. Establece horarios de uso: Define momentos específicos del día para revisar y responder mensajes. Esto te ayudará a evitar la sensación de estar disponible todo el tiempo.
  2. Desactiva las notificaciones: Limitar las interrupciones puede darte un mayor control sobre cuándo abrir la aplicación y cuándo te sientes dipuesto/a a leer y/o contestar mensajes.
  3. Comunica tus límites: Hazle saber a tus contactos que, aunque valoras la comunicación, puede que no respondas de inmediato. Esto reduce las expectativas de respuesta instantánea.
  4. Acepta que está bien no responder al momento: Recuerda que no tienes que contestar todos los mensajes de inmediato. Prioriza tus necesidades y tu bienestar emocional.
  5. Usa funciones de la aplicación a tu favor: Por ejemplo, desactiva las confirmaciones de lectura si sientes que estas aumentan tu ansiedad.
  6. Reflexiona sobre tus hábitos: Pregúntate si tu forma de usar WhatsApp está alineada con tus valores y necesidades. Si no es así, considera hacer cambios.
  7. Tómate descansos digitales: Dedica tiempo a desconectar por completo de tu teléfono. Esto te ayudará a recargar energías y a reducir la fatiga digital.

Recuerda: no necesitas estar disponible todo el tiempo para ser valioso o importante para los demás. Tu salud mental es prioridad, y tomarte el tiempo para desconectar y reconectar contigo mismo es una decisión valiente y necesaria en un mundo hiperconectado.